Tejido no tejido absorbente logra su absorbencia a través de una combinación de selección de materiales y técnicas de fabricación. Aquí hay una descripción general de cómo funciona:
Selección de materiales: la elección de las fibras utilizadas en la tela no tejida juega un papel crucial en la determinación de su absorbencia. Los materiales como el algodón, el rayón, el poliéster y las mezclas de estas fibras se usan comúnmente debido a su capacidad para absorber líquidos de manera efectiva.
Propiedades de la fibra: Las fibras utilizadas en la tela no tejida absorbente a menudo están diseñadas para tener una alta acción capilar. La acción capilar se refiere a la capacidad de un líquido para fluir a través de espacios estrechos o espacios diminutos, como los espacios entre las fibras. Las fibras con un área de superficie alta y una estructura fina tienden a promover la acción capilar, lo que permite que los líquidos entren en el tejido.
Técnicas de fabricación: El proceso de fabricación de la tela no tejida también contribuye a su absorbencia. Las fibras generalmente se enredan o unen entre sí mediante técnicas como punzonado con aguja, unión por calor o unión química. Estos procesos crean una estructura tridimensional con fibras interconectadas, creando espacios y canales dentro de la tela que pueden atrapar y retener líquidos.
Tratamiento de superficie: A veces, las telas no tejidas se tratan con acabados o recubrimientos especiales para mejorar su absorbencia. Estos tratamientos pueden incluir recubrimientos hidrofílicos (que atraen el agua) que ayudan a que la tela absorba líquidos rápidamente al reducir la tensión superficial.
Cuando el líquido entra en contacto con la tela no tejida absorbente, la acción capilar y la estructura tridimensional de la tela trabajan juntas para atraer el líquido hacia los espacios entre las fibras. Luego, el líquido se retiene dentro de la tela, lo que le permite absorber y retener cantidades significativas de humedad.